Uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, uno es bueno hasta que exista algo que pueda ser utilizado para señalarnos como malos, por ende, existen más personas buenas que malas. Pero espera! una persona se puede definir como buena o mala ?, podemos clasificar a alguien como perpetrador para siempre por haber cometido un acto deshonesto? sigue leyendo para que lo discutamos.
Sólo el 11% de las personas que cometieron fraude, ya lo habían hecho con anterioridad (ACFE, RTTN, 2020)
ACFE nos mostró este año, en su reporte a las naciones, que de un total de 2504 casos de fraude reportados el año pasado en 125 países, representando 3.6 billones de dólares en pérdidas, el 89% de los perpetradores no tenía antecedentes ni señalamientos de haber cometido fraude en el pasado. Esto nos lleva a preguntarnos: entonces los malos cometieron menos fraude que los buenos?
La propensión al fraude de Ben Sherwood
En el estudio que Ben Sherwood hizo sobre la supervivencia humana, indicaba que al ser humano no se le debía medir su honestidad y ética en un ambiente de confort, donde todo lo tiene y nada le falta, sino que, al contrario, al ser humano se le debería analizar en un ambiente de supervivencia, sometido a presiones básicas, como por ejemplo, la necesidad de comer, vestir y tener un techo o cueva donde dormir.
En este escenario, Ben Sherwood planteaba que, un 10% de la población sería mala por convicción, un 10% sería buena y un 80% sería influenciable, es decir, la mayoría de las personas no seríamos ni buenas ni malas sino que estaríamos en el lugar donde dependiendo de las situaciones a las que seamos sometidos, podríamos cometer fraude.
Los señalamientos y los dogmas
Un juez una vez me dijo: no llames a esa persona “delincuente”, llámala “persona que cometió un delito”, porque lo primero significaría que todo su ser se evoca a la delincuencia, mientras que lo segundo indica que, dentro de todo lo que la persona hace en su vida, hay algo que hizo mal, cometió un delito y eso no la hace una mala persona en su totalidad.
Es decir, no somos buenos ni malos, somos los dos, nacemos con la capacidad de cometer el bien y el mal, nacemos con la capacidad de mentir para obtener un beneficio deshonesto y desarrollamos esa capacidad en una etapa muy temprana de nuestras vidas.
La probabilidad de que alguien haga algo malo
Si combinamos o relacionamos la estadística de la ACFE con la regla de la propensión al fraude de Ben Sherwood, encontraremos que la conclusión más acertada es que, si bien ya existe una población que por convicción está dedicada a buscar continuamente oportunidades para cometer fraude, la población influenciable es más grande que la buena y que la mala, por lo tanto, cuando se suman los actos deshonestos cometidos por personas influenciables, sin un background criminal previo, puede que en cantidad sea superior a la reincidencia de un perpetrador de profesión, por lo tanto, los buenos cometerían más fraude que los que están señalados ya como malos.
Referencias
(ACFE, 2022) Fraud Examiners Manual of the Association of Certified Fraud Examiners
Acerca de NOFRAUD
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